En las últimas décadas de desarrollo urbanístico y de infraestructuras, la extensión de los taludes en el paisaje se ha incrementado notablemente.
Son muchas las hectáreas de terreno de nueva creación con pendiente pronunciada y suelo escaso o inexistente. Sus condiciones de vida son siempre muy duras y exigentes.
Las intervenciones de revegetación -generalmente hidrosiembras, en algunos casos con instalación de geomallas- son muy costosas y caras de mantener; y más allá de conseguir vestir de verdor durante unos meses al talud, a medio plazo suelen fracasar.
El talud queda pronto expuesto a la lenta sucesion natural espontánea, y por desgracia al arraigue de invasoras. La biodiversidad del mismo es muy pobre y en muchos casos nula.
El talud se convierte en un verdadero desierto que refuerza la fragmentación que la obra pública genera en el territorio.
Los técnicos de TALAIA Paisaje y Medio Ambiente SL llevamos muchos años considerando la necesidad de abordar la revegetación de estos taludes con la potencialidad que ofrece la flora autóctona.
Son múltiples las razones para ello: Mayor garantía de arraigue y supervivencia, abaratamiento de costes de mantenimiento, potenciación de la herencia genética de la región. La flora autóctona es el fruto de millones de años de evolución para dar con unas especies capacitadas para soportar las duras condiciones de vida de este hábitat.
Pero ¿cuál es esa flora? ¿qué especies son las más indicadas y cómo las conseguiremos producir e implantar?
Si nos fijamos en los taludes naturales de la zona vascocantábrica, están ocupados por pequeñas matas de diversas especies de herbáceas que logran arraigar en las fisuras de las rocas o sobre el escaso suelo que pueda existir. Tres especies muy habituales son la aliaga (Genista occidentalis)...
la jara (Cistus salvifolius)....
y el brezo (Erica vagans)....
Cuando el sustrato se estabiliza las matas llegan a formar un matorral almohadillado que protege al suelo de la erosión.
Al abrigo de las macollas terminan creciendo especies arbustivas como el aladierno (Rhamnus alaternus)...
el aligustre (Ligustrum vulgare) ....
o el madroño (Arbutus unedo):
Entre todas tapizan de forma espontánea los taludes naturales, estabilizándolos y llenándolos de vida. Pronto les acompañarán otros arbustos y herbáceas, pasando a albergar una fauna de invertebrados insospechada. Por tratarse de la flora y fauna propias de la zona, la permanencia de la comunidad en el tiempo estará garantizada.
Si logramos agilizar el proceso con estas especies pioneras ganaremos muchos metros cuadrados de suelo productivo en términos de biodiversidad.
Para ello en Viveros TALAIA llevamos años mejorano la técnica de reproducción de entre otras estas tres especies.
Erica vagans
Cistus salvifolius
Genista occidentalis
En próximos posts mostraremos ejemplos de experiencias concretas de TALAIA en la regeneración de taludes en la zona vascocantábrica.
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